Agile, Agilidad, Scrum, Kanban son términos asociados a nuevas formas de trabajar como un camino para que una organización sea más productiva y competitiva. Actualmente, una organización es competitiva si es rápida y flexible para adaptarse a las necesidades de sus clientes manteniendo, e incluso mejorando, su alta calidad y bajos costes.
En los últimos años, distintas áreas de nuestras organizaciones han ido adoptando métodos ágiles de trabajo con desigual nivel de éxito respecto a resultados contrastables en forma de satisfacción de clientes, productividad y experiencia de empleado.
La introducción adecuada de Agile en una organización, tras un período de adaptación de varios meses, debe comenzar progresivamente a aportar resultados cada vez más importantes. Es posible obtener, tras el necesario período inicial de adaptación, unas mejoras reportadas por las propias organizaciones de:
10 – 50% en incremento de la motivación intrínseca y compromiso de los empleados
20 – 50% en incremento de la productividad de los equipos
30 – 75% en reducción de tiempos de entrega del servicio/producto
25 – 75% en mejora de la calidad del servicio/producto entregado
Estas mejoras en ciertas áreas de la organización (desarrollo de productos y servicios) no están habitualmente acompañadas por la incorporación de Agile en otras áreas que, en gran medida, siguen trabajando de manera tradicional (RRHH, Legal, Financiera, …).
Durante un tiempo convivirán distintas, o incluso muy distintas, formas de trabajar entre áreas que necesariamente necesitan coordinarse en el ritmo de trabajo, tiempos de entrega, y que deberán compartir unos nuevos principios de colaboración orientados “verdaderamente” al valor final para el cliente. La aparición de fricciones entre equipos agile y equipos “no agile” entre distintas áreas, o incluso en la misma área, es un síntoma habitual que impide recoger gran parte de los resultados prometidos por la transformación.
Introducir métodos ágiles en equipos de RRHH es una manera efectiva de que estos equipos no solo tengan oportunidad de mejorar su productividad, calidad y tiempos de entrega. RRHH tendrá una experiencia directa de los beneficios que van buscando otras áreas, y conocerá directamente los impedimentos locales y sistémicos para incorporar estas nuevas formas de trabajo. RRHH estará, por tanto, mejor preparado para apoyar a esas áreas en la mejora continua que supone la transformación Agile.
El papel de RRHH en el éxito de una iniciativa de transformación Agile es indiscutible. El conocimiento, experimentación y criterio que debe obtener el área de RRHH respecto a beneficios, riesgos, planificación y ejecución de una transformación Agile son factores que contribuyen de manera decisiva al éxito de la organización y a que RRHH asuma con confianza su liderazgo en iniciativas Agile.
Miguel Santiago dirige el Programa Superior en Métodos Ágiles en la Escuela de Negocios IGS LaSalle de Madrid donde es profesor de Estrategia y cultura Agile.